El Cascanueces se presentó con éxito en el Auditorio Pabellón M

¿Qué pasa cuando juntas un cuento clásico, la Orquesta Sinfónica de la UANL, y el Ballet de Monterrey? Una noche llena de magia, y eso es lo que la gente vivió este sábado 3 y domingo 4 de diciembre en el Pabellón M. En la función del sábado, un público de 2,000 personas (cifra oficial) ... Leer más

el-cascanueces-auditorio-pabellon-m

¿Qué pasa cuando juntas un cuento clásico, la Orquesta Sinfónica de la UANL, y el Ballet de Monterrey?

Una noche llena de magia, y eso es lo que la gente vivió este sábado 3 y domingo 4 de diciembre en el Pabellón M. En la función del sábado, un público de 2,000 personas (cifra oficial) pudo disfrutar de este bello cuento de Navidad.

Bajo la dirección de Jesús Medina, la Orquesta de la UANL interpretó la música de P. I. Tchaikovski mientras que los grandes bailarines con coreografía de Luis Serrano y bajo la dirección de José Manuel Carreño, nos transportaban escena tras escena de este bello cuento.

La historia trata sobre una fiesta de Navidad, en la que Clarita y su hermano Fritz junto con sus padres y abuelos, reciben a algunos amigos para celebrar esta fecha. El padrino de Clarita hace algunos trucos de magia, pero al final le regala un bello Cascanueces. Fritz al tratar de quitárselo a su hermana, lo rompe, pero su padrino le ayuda a pegarlo de nuevo.

Terminando la fiesta, Clarita se va a su cuarto con su nuevo regalo y se queda dormida, sin embargo Clarita despierta ya que un grupo de enormes ratones la asusta pero su Cascanueces junto con un ejército de soldaditos lucha contra ellos y les ganan, sin embargo el Cascanueces cae herido y Clarita llora por él. Drosselmayer aparece y transforma al Cascanueces en un príncipe y la magia comienza.

El príncipe lleva a Clarita a conocer el mundo de las nieves, y ahí conoce al Rey y la Reina. Ellos muestran el camino para llegar al País de las Golosinas, en donde son recibidos por el Hada del Azúcar. Todo esto se lleva a cabo con una gran escenografía de fondo, y vestuarios de ensueño que nos transportan a otra época y a esos mundos mágicos.
El público era en su mayoría familias con sus hijos, los cuales estaban en cantados con la obra. Algo que les gustó fue que en el intermedio se podían tomar foto con los personajes, y así pudieron llevarse un lindo recuerdo a casa.

Comentarios

0 comments

¿Qué pasa cuando juntas un cuento clásico, la Orquesta Sinfónica de la UANL, y el Ballet de Monterrey?

Una noche llena de magia, y eso es lo que la gente vivió este sábado 3 y domingo 4 de diciembre en el Pabellón M. En la función del sábado, un público de 2,000 personas (cifra oficial) pudo disfrutar de este bello cuento de Navidad.

Bajo la dirección de Jesús Medina, la Orquesta de la UANL interpretó la música de P. I. Tchaikovski mientras que los grandes bailarines con coreografía de Luis Serrano y bajo la dirección de José Manuel Carreño, nos transportaban escena tras escena de este bello cuento.

La historia trata sobre una fiesta de Navidad, en la que Clarita y su hermano Fritz junto con sus padres y abuelos, reciben a algunos amigos para celebrar esta fecha. El padrino de Clarita hace algunos trucos de magia, pero al final le regala un bello Cascanueces. Fritz al tratar de quitárselo a su hermana, lo rompe, pero su padrino le ayuda a pegarlo de nuevo.

Terminando la fiesta, Clarita se va a su cuarto con su nuevo regalo y se queda dormida, sin embargo Clarita despierta ya que un grupo de enormes ratones la asusta pero su Cascanueces junto con un ejército de soldaditos lucha contra ellos y les ganan, sin embargo el Cascanueces cae herido y Clarita llora por él. Drosselmayer aparece y transforma al Cascanueces en un príncipe y la magia comienza.

El príncipe lleva a Clarita a conocer el mundo de las nieves, y ahí conoce al Rey y la Reina. Ellos muestran el camino para llegar al País de las Golosinas, en donde son recibidos por el Hada del Azúcar. Todo esto se lleva a cabo con una gran escenografía de fondo, y vestuarios de ensueño que nos transportan a otra época y a esos mundos mágicos.
El público era en su mayoría familias con sus hijos, los cuales estaban en cantados con la obra. Algo que les gustó fue que en el intermedio se podían tomar foto con los personajes, y así pudieron llevarse un lindo recuerdo a casa.

Comentarios

0 comments