La noche del miércoles, mientras Monterrey se envolvía en un caótico tráfico y múltiples eventos, en los adentros del Auditorio Banamex se vivía un panorama totalmente diferente: emocionante, nostálgico, excepcional y brutal. Quienes estuvieron presentes pudieron ponerle pausa al acelere de sus días para adentrarse en un viaje sonoro lleno de celebración a lado de Keane, ante un sold out impresionante.
La velada arrancó con la banda texana Culture Wars sobre el escenario, pues fueron ellos los encargados de dar el banderazo con una propuesta frenética y llena de talento.
Posteriormente, pasadas las 21:30 horas, llegó el momento de abrir una cápsula del tiempo que se comezó a cocinar desde hace 20 años. Y es que Keane llegó a las tarimas para abrir paso a la celebración de las dos décadas de su disco «Hopes and Fears».
«Can’t Stop Now» fue el tema con el que arrancó la emotiva noche. Y vaya que la banda británica lo eligió bien, pues en cuanto sonaron los primeros acordes, el público emocionado hasta los huesos se puso de pie inmediatamente para recibir a Tom Chaplin y compañía.
«¡Hola, Monterrey! […] Es un placer estar de vuelta en México, hagamos de esta noche, una gran noche», exclamó Chaplin y dio pie al segundo tema de la noche: «Silenced by the Night».
Mientras el público enlquecía ante la poderosa noche que estaban viviendo, la banda no paraba de agradecer el recibimiento que les daban. Y nada mejor que hacerlo con un repertorio de primera que no solo incluyó temas del «Hopes and Fears», sino también otros himnos de su carrera. Y no solo eso, sino que también sorprendieron a sus fans al anunciar que están trabajando en música nueva.
La noche continuó con canciones como «Bend & Break», «Nothing in my Way» y «Sunshine», para la cual los asistentes encendieron las luces de sus celulares abriendo paso a una galaxia simulada que le dio un toque aún más melancólico a la velada.
«The Way I Feel» emocionó hasta la médula, mientras que «Everybody’s Changing» se llevó un pedazo del corazón de todos con tremenda interpretación.
Cuando «Is It Any Wonder» apareció, Keane se despojó de la manta blanca con una ilustración plasmada que cubría su fondo, y dio pie a un juego de luces único que conectaba perfecto con la melodía.
El tiempo avanzaba y con él fueron llegando grandes joyas a su paso. Ejemplo de ello fue la recta final, que como marea trajo consigo a las amadas «This Is The Last Time», «Crystal Ball» y, por supuesto, al himno de toda una generación, «Somewhere Only We Know», que fue coreada con el alma por los miles de asistentes.
Después de esta interpretación, Keane desapareció del escenario. Sin embargo, el ardor del público bastó para hacer volver a la banda con cuatro canciones más.
«Neon River» abrió este último set, para luego proseguir con «We Might As Well Be Strangers». Finalmente la aclamada «Sovereign Light Café» desató hasta la última gota de emoción de todos para después ponerle punto final a la noche con la brillante «Bedshaped».
Lo vivido con Keane en el Auditorio Banamex este miércoles no fue solo un festejo al «Hopes and Fears», fue un festejo a la vida. Un viaje en el tiempo brutal que da muestra de la vigencia de la banda y su talento para dar vida a himnos que siguen y seguirán resonando por generaciones.
Comentarios
0 comments