Opinión | «28 Years Later»: visceral y emocional

Más de dos décadas después de que 28 Days Later redefiniera el cine de infectados con una mirada cruda, sucia y profundamente humana, Danny Boyle y Alex Garland regresan al género que ayudaron a reconstruir.

Opinión | "28 Years Later": visceral y emocional

Más de dos décadas después de que 28 Days Later redefiniera el cine de infectados con una mirada cruda, sucia y profundamente humana, Danny Boyle y Alex Garland regresan al género que ayudaron a reconstruir. Pero 28 Years Later no es simplemente una secuela: es una evolución narrativa y visual muy visceral. ¿Estás preparado para lo que viene? 👀

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Desde los primeros minutos, la película atrapa con un mundo visualmente inquietante: una isla desconectada del tiempo, donde los sobrevivientes viven como si fuera la mismísima Edad Media, fabricando flechas, creando su propio combustible y temiendo aún a un continente británico que sigue plagado por la peste. El trabajo de cámara de Boyle es impresionante, con encuadres que capturan la desolación, la tensión y una belleza oscura que resuena incluso en los momentos más violentos. Todo esto se combina con un guion ambicioso de Garland, que no teme enfrentar las preguntas más difíciles: ¿qué queda de la humanidad cuando todo se ha perdido? ¿Qué es más contagioso: el virus o el miedo? De pensarse, amigos.

Aaron Taylor-Johnson ofrece una actuación destacable, pero es Ralph Fiennes quien roba el aliento. Su personaje, que aparece a mitad del filme, es una figura sombría y tensa que se convierte inesperadamente en el corazón emocional del relato. Su presencia transforma la narrativa: de una lucha por la supervivencia a una exploración sobre la culpa, la compasión y el precio de nuestras decisiones. No es el típico “villano” ni el clásico héroe; es una figura trágica que encarna la complejidad moral de este nuevo mundo.

28 Years Later no apuesta por el fanservice ni por explotar la nostalgia. Lejos de eso, se sumerge en las raíces trágicas de sus predecesoras para entregarnos una película que estremece por sus escenas brutales de horror, pero también por su profundidad emocional. Entre el caos y la sangre, hay espacio para relatos de maternidad, vínculos humanos y una reflexión sobre cómo el miedo puede anestesiar nuestra empatía. El resultado es una experiencia visceral e inolvidable, la que muchos ya llaman con justicia la mejor película de terror del año. ¿Pero estarás de acuerdo?

Ahora sí que en pocas palabras, 28 Years Later no solo honra su legado: lo expande.

No te pierdas su estreno en cines.

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Más de dos décadas después de que 28 Days Later redefiniera el cine de infectados con una mirada cruda, sucia y profundamente humana, Danny Boyle y Alex Garland regresan al género que ayudaron a reconstruir. Pero 28 Years Later no es simplemente una secuela: es una evolución narrativa y visual muy visceral. ¿Estás preparado para lo que viene? 👀

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Desde los primeros minutos, la película atrapa con un mundo visualmente inquietante: una isla desconectada del tiempo, donde los sobrevivientes viven como si fuera la mismísima Edad Media, fabricando flechas, creando su propio combustible y temiendo aún a un continente británico que sigue plagado por la peste. El trabajo de cámara de Boyle es impresionante, con encuadres que capturan la desolación, la tensión y una belleza oscura que resuena incluso en los momentos más violentos. Todo esto se combina con un guion ambicioso de Garland, que no teme enfrentar las preguntas más difíciles: ¿qué queda de la humanidad cuando todo se ha perdido? ¿Qué es más contagioso: el virus o el miedo? De pensarse, amigos.

Aaron Taylor-Johnson ofrece una actuación destacable, pero es Ralph Fiennes quien roba el aliento. Su personaje, que aparece a mitad del filme, es una figura sombría y tensa que se convierte inesperadamente en el corazón emocional del relato. Su presencia transforma la narrativa: de una lucha por la supervivencia a una exploración sobre la culpa, la compasión y el precio de nuestras decisiones. No es el típico “villano” ni el clásico héroe; es una figura trágica que encarna la complejidad moral de este nuevo mundo.

28 Years Later no apuesta por el fanservice ni por explotar la nostalgia. Lejos de eso, se sumerge en las raíces trágicas de sus predecesoras para entregarnos una película que estremece por sus escenas brutales de horror, pero también por su profundidad emocional. Entre el caos y la sangre, hay espacio para relatos de maternidad, vínculos humanos y una reflexión sobre cómo el miedo puede anestesiar nuestra empatía. El resultado es una experiencia visceral e inolvidable, la que muchos ya llaman con justicia la mejor película de terror del año. ¿Pero estarás de acuerdo?

Ahora sí que en pocas palabras, 28 Years Later no solo honra su legado: lo expande.

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