¿Ya la vieron? 🦄 «La muerte de un unicornio» es una retorcida fábula pero muy encantadora 👌
La cinta sigue la historia de Elliot (Paul Rudd) y Ridley (Jenna Ortega) —padre e hija— quienes van viajando tranquilamente por la carretera, hasta que la calma se rompe con un suceso tan insólito como hilarante: atropellan a un unicornio. 🦄 Sí, así como lo lees.
Lo que sigue es una cadena de eventos tan absurdos como oscuros, donde lo fantástico se entrelaza con una crítica mordaz al capitalismo y a la codicia humana. Buen giro, ¿no?
La película mezcla de manera eficaz la comedia negra con el terror y la fantasía. Paul Rudd ofrece un retrato entrañable de un hombre común atrapado en una situación extraordinaria, mientras que Jenna Ortega brilla con su ya característica mezcla de sarcasmo y vulnerabilidad, a lo que nos tiene ya muy acostumbrados. La química entre ambos no solo sostiene gran parte de la narrativa, sino que aporta corazón a una historia que fácilmente podría haber caído en el ridículo si no estuviera tan bien ejecutada.
Uno de los aciertos más ingeniosos del filme es la sátira con la que retrata el descubrimiento del unicornio: en lugar de asombro o respeto, los personajes reaccionan con una avidez casi corporativa. Y es que entra en escena un farmacéutico multimillonario que ve en el animal una mina de oro curativa, lo que desencadena un segundo acto repleto de momentos delirantes, persecuciones grotescas y dilemas morales empaquetados en un tono irreverente que recuerda a los mejores episodios de Black Mirror con esteroides mágicos.
El clímax, marcado por la llegada vengativa de los padres del unicornio, es un festín visual y narrativo. La pelea es tan brutal como absurda, y funciona como una especie de castigo mítico contra aquellos que intentan lucrar con la inocencia.
Si buscas algo distinto, oscuro y divertido, este unicornio merece ser visto. Ya la puedes encontrar en cines de México, y poco a poco se irá estrenando en Latinoamérica.
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