Rememorando la épica batalla de Emos Vs Punks de 2008

Convertido en un momento icónico de la cultura pop mexicana gracias a la nostalgia por aquella época y al surrealismo de la situación, la pelea de los emos y los punks se sigue recordando hasta el día de hoy, tras 16 años de los hechos.

emos vs punks historia

Más sobre: Emos, Punks

El 16 de Marzo en México se recuerda por uno de los sucesos sociales más extraños que han sucedido en el país: la batalla campal entre los emos y los punks. Un evento muy propio de su época, que hasta la fecha se sigue recordando por contemporáneos de aquellos años, y por gente más joven curiosa por saber cómo era la juventud hace casi dos décadas, pero vamos primero a recordar los hechos de aquel día y todo lo que llevó al choque entre estas dos culturas.

El origen de los emos y los punks

La cultura emo desde un par de años antes había ganado mucha popularidad entre los jóvenes, gracias a factores como su estética y la música, que generalmente era una mezcla entre rock, punk y hardcore, acompañado de un sentimiento pesimista ante un mundo que se encontraba en constante crisis y una sociedad poco tolerante, creando una gran comunidad de adolescentes que compartían estos mismos gustos y pensamientos, quienes se juntaban en parques y plazas a escuchar música o a desahogar sus problemas y sentirse escuchados o apoyados, generando un sentido de pertenencia muy fuerte con esta cultura.

Mientras por otro lado, el punk seguía manteniéndose presente en varios sectores de la juventud desde su surgimiento, (a finales de los 70s en Inglaterra), donde rechazaban comportamientos e ideas conservadoras, al gobierno y sus instituciones, además de todo lo que fuera preestablecido socialmente. Ellos expresaban ese rechazo con la música, la moda y el lenguaje.

Esta cultura aunque aterrizó en México gracias a sectores más adinerados, llegó hasta las clases más populares donde se arraigó por décadas, siendo una fuente de expresión ante la política mexicana.

Rechazo al emo

La cultura emo, al igual que todas las subculturas en su tiempo, recibieron criticas y odio por diversas razones. Una de ellas fue que muchos de sus aspectos característicos como la ropa o la música, tenían influencia de otras culturas como el punk o el goth, molestando a miembros de estas tribus, ya que lo veían como una copia o una falta de respeto, aunque también pudiera tomarse como una evolución o una subrama.

Otra cosa muy criticada y que levantó alarmas fue el comportamiento de muchas personas emo, que recurrían a la autolesión para expresar sentimientos negativos o tristeza, que junto a una visión más negativa de la vida y la sociedad y un carácter más introvertido, generaba rechazo y preocupación.

La discriminación a los emos se hizo notar bastante en esas épocas en redes sociales. En las calles no era nada raro llegar a ver altercados entre emos y cualquier otra tribu urbana. MySpace o Facebook ya eran redes sociales fuertes en aquellos años, y a través de estos canales los jóvenes ya convocaban a eventos o reuniones; por lo que fue justamente de esa manera en la que se convocó a una reunión masiva en la Glorieta de Insurgentes, con la intención de manifestar pacíficamente su descontento ante la ola de agresiones que este grupo sufría.

La trifulca: Discriminación, golpes, gritos y monjes.

El día domingo 16 de Marzo del 2008, jóvenes emos atendieron el llamado y se reunieron en la Glorieta de Insurgentes, hasta la fecha punto de reunión de diversas tribus urbanas, para expresar su rechazo a toda la discriminación que habían recibido y dar un mensaje de tolerancia; sin embargo, aunque se planeaba ser una reunión pacífica, terminó siendo una trifulca callejera que involucró a cientos de jóvenes, policías…y monjes hindús.

Mientras los emos expresaban sus ideas en cantos, carteles o breves discursos, fueron interceptados por un grupo masivo de jóvenes denominados “antiemos”, mayormente punks, pero también podía verse metaleros, skatos y cholos.

Empezó el intercambio de palabras; punks y emos empezaban a provocarse con gestos obscenos e insultos. “¡Emos, emos, emos!” gritaban de un lado, mientras que del otro se podía escuchar “Emos a la v**ga”. La tensión no paraba; puestos de comida aledaños empezaban a ver la situación y decidieron cerrar sus cortinas.

Luego vinieron las primeras agresiones físicas. Empujones, proyectiles como botellas volando por los aires y golpes, fue lo que desató el caos. Punks y emos empezaron a pelear, varios punks empezaron a corretear a emos para golpearlos; los elementos policiacos empezaban a entrar en escena para detener las agresiones, mientras amenazaban con empezar a llevarse gente si no paraban la pelea.

Terminaron las primeras riñas, sin embargo ninguno de los dos bandos quería ceder y retirarse. Seguía el intercambio de palabras entre ambos, algunos punks y emos pedían tranquilidad y evitar caer en provocaciones a sus compañeros, sin embargo no lo lograron.

Horas después continuó el enfrentamiento masivo, más golpes y más insultos; hombres vs hombres y mujeres vs mujeres. En la batalla usaban cintos de cuero como látigo o cualquier objeto tirado para lanzarlo; seguían las corretizas entre ambos y aún con todo eso, la policía no había tomado el control de la situación; la glorieta era un absoluto caos.

Cuerpos antimotines y granaderos se hicieron presente, tarde, pero por fin estaban ahí, dividendo la plaza para detener la trifulca. Se empezaban a calmar las aguas, pero la tensión seguía presente y aunque más de 150 policías se encontraban ya en la glorieta, los verdaderos héroes del día fueron nada más y nada menos que unos monjes Hare Krishna.

Entre los gritos de la multitud se empezaron a escuchar tambores y cantos, de forma sorpresiva e inexplicable este pequeño grupo de monjes se hizo presente; algunos pasmados por la extraña escena decidieron dejarse llevar y empezaron a bailar al ritmo de la música.

Uno de los monjes se detuvo y tomó un megáfono para pronunciar unas palabras: “Somos un movimiento mundial que promueve arreglar las cosas”. ¿Sabían lo que estaba sucediendo y decidieron actuar?, ¿o fue una simple casualidad del destino?, nunca lo sabremos, pero lo que sí sabemos es que Dalí tenía razón sobre que México es más surrealista que sus pinturas.

Miembros policiacos siguieron dividiendo y dispersando la multitud, poco a poco y después de varias horas de pelea, ambos bandos se fueron cada quien por su lado, terminando con esta batalla, pero no con la guerra, que duraría un par de años más.

Este caso de los emos no fue algo nuevo, desde décadas pasadas siempre ha existido rechazo o discriminación a diferentes tribus urbanas por parte de la sociedad, que veían las nuevas formas de expresión con disgusto o preocupación de que fueran a dañar los valores familiares tradicionales. Tribus como los hippies, los punks, los metaleros, góticos, e incluso en México con los cholombianos, a sus inicios todos sufrieron de estigmas sociales.

La pelea fue algo reprobable y fue uno de los muchos capítulos de discriminación hacia los emos, pero el recordar esto trae un aire de nostalgia a muchos millenials que vivieron su adolescencia o juventud durante esa época de los 2000s, cuando en MTV reinaba la música de bandas como My Chemical Romance; los CDs y DVDs aún se usaban y los teléfonos celulares tenían teclas; por lo que al ver al pasado, ahora contemplan este suceso con nostalgia, que sumado al factor surreal de los sucesos que pasaron durante la batalla, hacen de este un episodio social que año tras año es recordado por muchos.

En la actualidad, la cultura emo ha vuelto a resurgir con estilos parecidos en la vestimenta de adolescentes y el regreso de muchas bandas que eran idolatradas en esos años de gloria, por lo que sin duda recordar este hecho 16 años después, nos hace ver un antes y un después del comportamiento de una sociedad que ha ido terminando con las discriminaciones masivas a tribus urbanas.

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Emos, Punks

El 16 de Marzo en México se recuerda por uno de los sucesos sociales más extraños que han sucedido en el país: la batalla campal entre los emos y los punks. Un evento muy propio de su época, que hasta la fecha se sigue recordando por contemporáneos de aquellos años, y por gente más joven curiosa por saber cómo era la juventud hace casi dos décadas, pero vamos primero a recordar los hechos de aquel día y todo lo que llevó al choque entre estas dos culturas.

El origen de los emos y los punks

La cultura emo desde un par de años antes había ganado mucha popularidad entre los jóvenes, gracias a factores como su estética y la música, que generalmente era una mezcla entre rock, punk y hardcore, acompañado de un sentimiento pesimista ante un mundo que se encontraba en constante crisis y una sociedad poco tolerante, creando una gran comunidad de adolescentes que compartían estos mismos gustos y pensamientos, quienes se juntaban en parques y plazas a escuchar música o a desahogar sus problemas y sentirse escuchados o apoyados, generando un sentido de pertenencia muy fuerte con esta cultura.

Mientras por otro lado, el punk seguía manteniéndose presente en varios sectores de la juventud desde su surgimiento, (a finales de los 70s en Inglaterra), donde rechazaban comportamientos e ideas conservadoras, al gobierno y sus instituciones, además de todo lo que fuera preestablecido socialmente. Ellos expresaban ese rechazo con la música, la moda y el lenguaje.

Esta cultura aunque aterrizó en México gracias a sectores más adinerados, llegó hasta las clases más populares donde se arraigó por décadas, siendo una fuente de expresión ante la política mexicana.

Rechazo al emo

La cultura emo, al igual que todas las subculturas en su tiempo, recibieron criticas y odio por diversas razones. Una de ellas fue que muchos de sus aspectos característicos como la ropa o la música, tenían influencia de otras culturas como el punk o el goth, molestando a miembros de estas tribus, ya que lo veían como una copia o una falta de respeto, aunque también pudiera tomarse como una evolución o una subrama.

Otra cosa muy criticada y que levantó alarmas fue el comportamiento de muchas personas emo, que recurrían a la autolesión para expresar sentimientos negativos o tristeza, que junto a una visión más negativa de la vida y la sociedad y un carácter más introvertido, generaba rechazo y preocupación.

La discriminación a los emos se hizo notar bastante en esas épocas en redes sociales. En las calles no era nada raro llegar a ver altercados entre emos y cualquier otra tribu urbana. MySpace o Facebook ya eran redes sociales fuertes en aquellos años, y a través de estos canales los jóvenes ya convocaban a eventos o reuniones; por lo que fue justamente de esa manera en la que se convocó a una reunión masiva en la Glorieta de Insurgentes, con la intención de manifestar pacíficamente su descontento ante la ola de agresiones que este grupo sufría.

La trifulca: Discriminación, golpes, gritos y monjes.

El día domingo 16 de Marzo del 2008, jóvenes emos atendieron el llamado y se reunieron en la Glorieta de Insurgentes, hasta la fecha punto de reunión de diversas tribus urbanas, para expresar su rechazo a toda la discriminación que habían recibido y dar un mensaje de tolerancia; sin embargo, aunque se planeaba ser una reunión pacífica, terminó siendo una trifulca callejera que involucró a cientos de jóvenes, policías…y monjes hindús.

Mientras los emos expresaban sus ideas en cantos, carteles o breves discursos, fueron interceptados por un grupo masivo de jóvenes denominados “antiemos”, mayormente punks, pero también podía verse metaleros, skatos y cholos.

Empezó el intercambio de palabras; punks y emos empezaban a provocarse con gestos obscenos e insultos. “¡Emos, emos, emos!” gritaban de un lado, mientras que del otro se podía escuchar “Emos a la v**ga”. La tensión no paraba; puestos de comida aledaños empezaban a ver la situación y decidieron cerrar sus cortinas.

Luego vinieron las primeras agresiones físicas. Empujones, proyectiles como botellas volando por los aires y golpes, fue lo que desató el caos. Punks y emos empezaron a pelear, varios punks empezaron a corretear a emos para golpearlos; los elementos policiacos empezaban a entrar en escena para detener las agresiones, mientras amenazaban con empezar a llevarse gente si no paraban la pelea.

Terminaron las primeras riñas, sin embargo ninguno de los dos bandos quería ceder y retirarse. Seguía el intercambio de palabras entre ambos, algunos punks y emos pedían tranquilidad y evitar caer en provocaciones a sus compañeros, sin embargo no lo lograron.

Horas después continuó el enfrentamiento masivo, más golpes y más insultos; hombres vs hombres y mujeres vs mujeres. En la batalla usaban cintos de cuero como látigo o cualquier objeto tirado para lanzarlo; seguían las corretizas entre ambos y aún con todo eso, la policía no había tomado el control de la situación; la glorieta era un absoluto caos.

Cuerpos antimotines y granaderos se hicieron presente, tarde, pero por fin estaban ahí, dividendo la plaza para detener la trifulca. Se empezaban a calmar las aguas, pero la tensión seguía presente y aunque más de 150 policías se encontraban ya en la glorieta, los verdaderos héroes del día fueron nada más y nada menos que unos monjes Hare Krishna.

Entre los gritos de la multitud se empezaron a escuchar tambores y cantos, de forma sorpresiva e inexplicable este pequeño grupo de monjes se hizo presente; algunos pasmados por la extraña escena decidieron dejarse llevar y empezaron a bailar al ritmo de la música.

Uno de los monjes se detuvo y tomó un megáfono para pronunciar unas palabras: “Somos un movimiento mundial que promueve arreglar las cosas”. ¿Sabían lo que estaba sucediendo y decidieron actuar?, ¿o fue una simple casualidad del destino?, nunca lo sabremos, pero lo que sí sabemos es que Dalí tenía razón sobre que México es más surrealista que sus pinturas.

Miembros policiacos siguieron dividiendo y dispersando la multitud, poco a poco y después de varias horas de pelea, ambos bandos se fueron cada quien por su lado, terminando con esta batalla, pero no con la guerra, que duraría un par de años más.

Este caso de los emos no fue algo nuevo, desde décadas pasadas siempre ha existido rechazo o discriminación a diferentes tribus urbanas por parte de la sociedad, que veían las nuevas formas de expresión con disgusto o preocupación de que fueran a dañar los valores familiares tradicionales. Tribus como los hippies, los punks, los metaleros, góticos, e incluso en México con los cholombianos, a sus inicios todos sufrieron de estigmas sociales.

La pelea fue algo reprobable y fue uno de los muchos capítulos de discriminación hacia los emos, pero el recordar esto trae un aire de nostalgia a muchos millenials que vivieron su adolescencia o juventud durante esa época de los 2000s, cuando en MTV reinaba la música de bandas como My Chemical Romance; los CDs y DVDs aún se usaban y los teléfonos celulares tenían teclas; por lo que al ver al pasado, ahora contemplan este suceso con nostalgia, que sumado al factor surreal de los sucesos que pasaron durante la batalla, hacen de este un episodio social que año tras año es recordado por muchos.

En la actualidad, la cultura emo ha vuelto a resurgir con estilos parecidos en la vestimenta de adolescentes y el regreso de muchas bandas que eran idolatradas en esos años de gloria, por lo que sin duda recordar este hecho 16 años después, nos hace ver un antes y un después del comportamiento de una sociedad que ha ido terminando con las discriminaciones masivas a tribus urbanas.

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