Dominique Dunne, estrella de Poltergeist, murió en manos de su pareja, pero no hubo justicia.
Tenía un talento y carrera prometedores, pero los celos, posesividad y violencia fueron los factores que le arrebataron la vida a la actriz Dominique Dunne en manos de su ex pareja John Thomas Sweeney. La historia es conocida por la llamada ‘Maldición de Poltergeist’, pero la realidad es otra totalmente rodeada de injusticia y voces no escuchadas hace 38 años.
El inicio de todo
Dominique y John se conocieron en una fiesta privada. Ambos se encontraban en el punto clave de sus carreras, lo que les permitió identificarse al momento. Dominique escalaba rápido peldaños en el mundo de la actuación e iba consiguiendo papeles cada vez más importantes, entre ellos el de Dana Freeling, en Poltergeist. Por su parte, John era el segundo cocinero del prestigioso restaurante Ma Maison, ubicado en West Hollywood y al que frecuentaban personalidades como Elton John, Ringo Starr, Marlon Brando, entre otros.
Ambos habían tenido un pasado tormentoso: El venía de una familia con un padre alcohólico que violentaba a su esposa e hijos desencadenando un divorcio. Dominique había sufrido el fallecimiento de sus recién nacidas hermanas a causa de una enfermedad, el suicidio de uno de sus tíos, la situación de su madre por una enfermedad degenerativa y la adicción de su padre con las drogas. Sin embargo, su pasado no había tenido el mismo efecto en ambos, pues Dominique era descrita como una joven amable que incluso ayudaba a animales abandonados. En cambio, Sweeney fue consumido por la ira, y hay quienes aseguran que se avergonzaba de su tormentoso pasado.
Además, su entorno actual también difería mucho: Mientras Dominique era parte de una familia glamourosa y hasta una vez llamada “los Kennedy de las ligas menores”, Sweeney se encontraba separado de su madre y hermanas.
Pese a ello parecieron ‘hacer clic’ y comenzaron una relación fuerte que pronto los llevó a mudarse juntos en una casa ubicada en Rangely Avenue en West Hollywood, aunque pronto las cosas comenzaron a andar mal.
Ante su talento, Dominique comenzó a ser reconocida por las calles debido a los papeles que interpretaba en el cine, por lo que Sweeney se consumía en celos cada que alguien se le acercaban.
Una de las anécdotas producto de esta situación es narrada en un artículo de Vanity Fair, donde se menciona que en un restaurante donde cenaba la pareja, Dominique fue reconocida por un joven fan de su papel en Poltergeist. Al verla, no dudó en acercarse y pronunciar una parte del guión, en donde ella se muestra espantada por los espíritus que invaden la casa.
-«¿Qué está pasando?», le dijo el joven emocionado por encontrarse con ella, pero rápido todo se tornó oscuro cuando a Sweeney no le gustó esa muestra de admiración y lo violentó. En ese momento Alex, el hermano de Dominique, se encontraba presente y asegura que temió por su hermana, pero ni él ni su familia llegaron a enfrentar a Sweeney por sus acciones, pese a que en mas de una ocasión llegaron a notar excesivo su comportamiento.
Lo peor llegó después, cuando las discusiones se transformaron a golpes que llegaron a dejar muy maltratada a Dominique en múltiples ocasiones que ella incluso contó a sus amigos, pero esto no se supo hasta que fue demasiado tarde.
Ante todo lo que él le provocaba, Dominique decidió terminar la relación, pero eso enfureció a Sweeney y se originaron múltiples peleas. Según se cuenta, en una de esas discusiones, tal parece que la última antes de su muerte, Dominique fue golpeada fuertemente y optó por huir a través de la ventana del baño. Dias después logró que Sweeney se fuera de la casa, y cambió las cerraduras.
Sobre su decisión, Dominique habría explicado a su padre que fue porque Sweeney no estaba enamorado de ella, sino obsesionado, lo que no la mantenía feliz, sin embargo, omitió contarle la parte de los golpes.
Semanas después de ello, Dominique continuó con los frutos de su carrera; recién había conseguido un papel para la serie V, de la NBC.
La noche de su muerte
El 30 de octubre de 1982, horas antes de su muerte, Dominique se encontraba ensayando para su personaje junto a otro actor compañero de ésta, David Packer. Se encontraban leyendo las líneas cuando John Sweeney irrumpió en la casa y comenzó a discutir con ella. La situación se salió de control y él la estranguló. Packer vio la escena pero Sweeney ya se encontraba arrodillado junto a Dominique. Asustado, Packer llamó a la policía y también dejó un mensaje de voz a uno de sus amigos, que decía: «Si muero esta noche, fue John Sweeney».
Después de lo ocurrido Dominique fue llevada al hospital, pero cayó en un coma irreversible con múltiples consecuencias que llevaron a sus padres cinco días después a decidir que el soporte vital de ella fuera desconectado, y fueron donados algunos de sus órganos.
El fatídico funeral
Por si fuera poco para la familia de Dominique, durante su funeral hubo un error que llevó a que su misa fuera programada en el mismo lugar y hora que una boda, que resultó ser del un amigo de Sweeney.
La lucha
Tras el fallecimiento de Dominique y el contexto en que esto ocurrió, la hora del juicio llegó, y pese a lo evidente de los hechos, Sweeney recibió «la mejor ayuda legal posible» por parte de Patrick Terrail, el dueño del Ma Maison, restaurante donde trabajaba.
Según se relata, el abogado defensor habría presentado a Sweeney como “un hombre enamorado que se había dejado llevar por un arrebato”, y que las tragedias de su infancia podrían explicar tal comportamiento. Además, a Dominique se le señaló de alcohólica y se le culpó de haber abortado, lo cual nunca pudo ser demostrado. En ese momento Sweeney era considerado la víctima, y el abogado aseguró que sentía remordimiento por lo sucedido, por lo que se declararía culpable de homicidio involuntario, lo que sería válido porque nunca huyó de la escena del crimen.
Durante el juicio salieron a la luz diversas declaraciones que evidenciaban la violencia sufrida por Dominique a manos de Sweeney. Según se vio en ese momento, al menos tres golpizas habría recibido ella, en una de éstas quedó tan maltratada que para la filmación de uno de sus papeles no necesitó hacer elefecto de los golpes con el maquillaje, sino al contrario, tuvo que de aminorarlos un poco.
Esa situación la llevó a quedarse en casa de algunos amigos, mismos que acudieron a dar sus declaraciones asegurando que Dominique se encontraba devastada física y emocionalmente. Además, el actor Miguel Ferrer declaró que en una ocasión ella le contó que Sweeney la asfixió y golpeó contra el piso.
Por si fueran pocas las declaraciones, una de sus amigas acudió para leer una carta que Dominique redactó a Sweeney, y que fue encontrada en su habitación porque al parecer nunca se la envió. La carta contenía lo siguiente:
«¿Por qué debes ser parte de todo lo que hago? ¿Por qué quieres venir a mis clases de equitación y mis clases de actuación? ¿Por qué estás celoso de cada compañero de trabajo que tengo? ¿Por qué debo contarte palabra por palabra todo lo que hablé con mi psicólogo? ¿Por qué debo hablarte de cada audición? ¿Por qué tenemos discusiones a las tres de la madrugada? ¿Por qué debes saber el nombre de cada persona con la que entro en contacto? Te vuelves loco por mis ensayos, insistes en ir a trabajar conmigo cuando te he dicho que me pone nervioso. Tu paranoia está desbordada … No me amas. Estás obsesionado conmigo. No soy la persona que crees que amas. Es alguien que has inventado en tu cabeza. Soy la persona que te hace enojar, con quien peleas. Todo esto me ha hecho darme cuenta de lo asustada que estoy de ti, y no me refiero solo físicamente. Tengo miedo de la próxima vez que tengas otro cambio de humor … Cuando somos buenos, somos geniales. Pero cuando somos malos, somos horrendos. Lo malo supera a lo bueno «.
Fue tanto lo que provocaron las declaraciones, que la prensa hizo aún más relevante el caso, lo que llevó a que otra mujer víctima de Sweeney declarara en su contra; su nombre es Lillian Pierce.
Durante las declaraciones ella aseguró que Sweeney la golpeó e intentó estrangular al menos 10 veces, dos de ellas la llevaron al hospital, y en una ocasión relata que él le arrojó piedras cuando ella buscaba escapar.
Todo lo anterior hizo enojar a Sweeney, quien fue esposado en su silla ante su violento comportamiento, según contó un reportero.
Pese a lo fuerte de las declaraciones de Pierce, el juez decidió desestimar sus palabras por considerar que “el efecto perjudicial superaba el valor probatorio”. Y no solo eso, sino que también fueron rechazados los testimonios de sus amigos y familiares por considerar que todo ello eran rumores que no podían tomarse como evidencia, por lo que no llegaron a presentarse frente al jurado.
Por su parte, Sweeney se dijo arrepentido y aseguró que él y Dominique iban a reconciliarse esa noche, y que por eso había acudido a verla, pero al ver que ella lo rechazó “perdió los estribos”.
“La maté. No pensé que la estrangulaba tanto, pero no sé, seguí estrangulándola”, expresó.
Lo anterior lo habría dejado tan afligido que intentó suicidarse tomando pastillas de dos frascos, pero esto nunca pudo ser confirmado de forma oficial.
Después de todo, el alegato de su abogado fue que los hechos no habían sido un delito, sino una tragedia a causa del amor. Por su parte, el jurado (de 9 hombres y 3 mujeres) lo declaró culpable de homicidio involuntario.
Al final, lo que Sweeney recibiría serían 6 años y medio de prisión, que podían ser reducidos a la mitad por buen comportamiento, y a eso sumándole el tiempo que ya había pasado Sweeney en la cárcel durante el juicio, el resultado daba a solo 2 años y medio.
El insípido final
Tiempo después y ante el escándalo que protagonizo el caso, el juez fue amonestado, mientras que los del jurado aseguraron que si hubieran estado conscientes de los hechos violentos que había perpetrado Sweeney, ellos lo habrían declarado culpable de asesinato en primer grado.
Ya muy tarde, el juez dijo haber lamentado los hechos, y aseguró que de haber podido darle más años de prisión, lo hubiera hecho.
La familia de Dominique terminó destrozada ante la lucha que resultó no favorable. Sweeney salió de una prisión de seguridad media un par de años después y continuó con su vida, inclusive consiguió un buen trabajo en un restaurante reconocido de Santa Mónica, pues él se dedicaba a la cocina. Al ver esto, la madre de Dominique, quien ya era portavoz de una Asociación de padres de niños asesinados, realizó una protesta a las afueras del negocio con frases como: «Las manos que le están preparando la comida también mataron a Dominique Dunne».
Dichas acciones hicieron que Sweeney fuera despedido y que el restaurante ganara de por vida una mala reputación que lo llevó a cerrar en 1985.
Con el fin de seguir de cerca los pasos de Sweeney y poder prevenir otra tragedia, el padre de Dominique, Dominick Dunne, contrató a un detective para vigilarlo, pero él se percató y lo denunció por acoso. Posteriormente se cambió de identidad.
Es así como el caso de Dominique Dunne quedó impune y a los ojos de la justicia como un ‘crimen pasional’.
*Con información de Vanity Fair.
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