El cantante español ofreció una velada inolvidable a todos sus fanáticos.
La noche de este miércoles 14 de octubre, los adentros del Auditorio Banamex se inundaron de pasión con la presentación del cantante español Enrique Iglesias. En medio de gritos, piropos y miles de coros se disfrutó de principio a fin toda la deleitosa presentación.
A la víspera de las 21:00 horas, el recinto se encontraba cubierto por una cortina de humo que poco a poco se comenzaba a iluminar con la tenue luz rojo pasión que emanaba de las luminosas letras de las pantallas: «Sex and Love», nombre del tour, es lo que anunciaban.
Sobre el escenario podían verse los instrumentos que acompañarían al cantante, y del centro de la tarima salía una larga pasarela que casi rozaba con los lugares del público de la zona beyond. Después de una larga espera, pues se retrasó por más de 40 minutos, fue a las 22:15 horas que las luces del escenario comenzaron a palpitar para darle la bienvenida a Enrique Iglesias.
Ataviado de un pantalón negro de cuero, playera roja y su ya característica gorra, el cantante dio inició a la velada. Desde ese momento, la noche fue consumida por los gritos y la euforia de los más de 6 mil presentes, más mujeres que hombres. La primera canción en español de la noche fue la «No me digas que no», con la cual se puso de ‘cunclillas’ al extremo del escenario para acercarse a sus eufóricas fans que hasta con carteles lo esperaban.
Después de haber bajado unos segundos a la zona beyond, el cantante por fin se aventuró a caminar por la pasarela, en la cual, se detuvo rodeado de instrumentos acústicos para interpretar una versión lenta del tema «El Perdedor». »Buenas noches, Monterrey, gracias por estar aquí; sabemos que muchos de vosotros y vosotras tienen que trabajar mañana jueves, gracias por estar aquí este miércoles.», saludó al público.
Una de las sorpresas de la noche se presentó cuando Enrique decidió invitar a uno de sus seguidores hombres al escenario; ahí, le invitó una copa y, en medio de numerosas selfies, lo hizo cantar «Cuando me enamoro». El momento fue mágico, pero no tanto como el que llegaría unos minutos después: Al terminar uno de sus éxitos, el cantante salió de escena por unos minutos; el lugar quedó en total oscuridad.
Momentos después, todo se encendió de nuevo, el público lanzó su mirada al escenario, pero vaya sorpresa que se llevaron, pues el cantante apareció al centro del auditorio, más cerca de aquellos que lo disfrutaban desde las alturas. Sus más emblemáticos y antiguos éxitos fueron interpretados ahí, tales como «Experiencia religiosa» y «Héroe». La velada siguió destellando, hasta que después de casi dos horas de show, el español agradeció a cada uno de los presentes por la mágica noche y, en medio de una lluvia de aplausos, dijo adiós dejando un excelente sabor de boca a sus espectadores.
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