Emmanuel y Mijares deleitaron a 7 mil regios con un viaje de más de dos horas por todos sus éxitos.
Por tercera ocasión, Emmanuel y Mijares llegaron a Monterrey para deleitar juntos a su público regio. Fue esta la última presentación que ofrecieron a la ciudad como parte de su Two’r Amigos.
Ante un Auditorio Banamex abarrotado, los músicos de 60 y 57 años despidieron su tour con gran energía en una presentación de más de dos horas y un repertorio de más de 20 canciones.
Un enorme telón rojo cubría el escenario del auditorio acompañando las ansias de los presentes por ver llegar a los dos músicos. Parejas y damas predominaban en el lugar que para antes de las 22:00 horas ya se veía tupido.
Ya era pasada la hora acordada y el público paciente esperaba a que el show diera inicio. Fue a las 22:15 cuando la velada comenzó. El fuerte sonido de los platillos y percusiones agitó a los presentes, después, un fuerte destello hacia retumbar el lugar a la par del bombo. Un bailarín se colocó en el centro del escenario comenzando a aplaudir, y poco a poco se le fueron sumando bailarines y músicos, sumando 15 animosas personas que con aplausos al ritmo de la batería ambientaban al público.
Sobre la plataforma se podía ver las siluetas de Emmanuel y Mijares, ambas haciendo sus característicos pasos de baile. De pronto, del fondo de la tarima, en medio de doradas luces, emergieron ambos músicos luciendo brillosos trajes interpretando «Bella señora», el primer tema.
Un magnifico juego de luces, continuas y vistosas imágenes plasmadas a lo largo de la plataforma, y dos pantallas de cada lado del escenario, es lo que vestía al show.
Gritos dieron la bienvenida a «Bella», y con ella se manifestaron radiantes los pasos de baile de ambos. La energía vivida era palpable; la respuesta del publico que a una sola voz gritaba el coro del tema era increíble.
El primer momento melancólico de la noche fue vivido entre brillantes luces rojas que apuntaban a una delicada bailarina, quien rodeaba a Mijares mientras él cantaba «No se murió el amor». Fue aquí en donde el fondo que simulaba un corazón latiendo, fue testigo de la aplaudida larga nota que Mijares lanzó, haciendo evidente su habilidad vocal.
Al acto le siguieron «Ue nada nos separe», «Me acordaré de ti» y «Siempre».
Más adelante una ola energía invadió el lugar; un Emmanuel con brillantes zapatos arribó para interpretar «El Rey Azul». Los fuertes destellos del calzado pintaban de un lado a otro el escenario, mientras el baile se hacia presente en la zona Beyond.
«Ya conocen la canción que viene, pero no se vale sentarse, parecen viejitos; yo soy viejito y estoy de pie y ustedes que son jóvenes están sentados», exclamó el cantante e incitó a estar todos de pie para interpretar «Ella».
Posteriormente, «Tengo», «Este terco corazón» y «Pobre Diablo» hicieron cantar a todo el presente.
Un atardecer que se pintaba en el fondo de la plataforma hacía que la silueta de Emmanuel, así como la de sus músicos e instrumentos de viento, se visualizaran a la perfección, mientras comenzaba a resonar «Quiero dormir cansado».
Decenas de reflectores apuntaban al cantante y el color que emanaba de cada una de las luces teñía los brillos de sus zapatos; «Detenedla ya» acompañaba el momento. Al término del acto el público se puso de pie para ovacionar al cantante, quien feliz y en silencio admiraba el apoyo que recibía.
Las luces se apagaron y las congas eufóricas recibieron al par de amigos cantando «Corazón de melao», y seguido a ésta «Baño de mujeres»; unas de las mas bailadas de la velada. Ambos portaban un saco rosa mexicano que irradiaba alegría, pero no tanta como la del publico que feliz gozó de los temas; ambos tomados del brazo como las damas, salieron. Después llegó un acto más: enormes banderas rojas se ondeaban en cada extremo del lugar y seis bailarinas salieron a escena marchando para bailar, junto a Mijares, «Soldado del amor».
«Te prometí», tema de la telenovela «La sombra del pasado», sonó, y junto a «Sí me tenías» culminó el acto.
Las suaves y delicadas notas de un piano acompañaron con sentimiento «Con olor a hierba», y con ella Emmanuel sacó la lámpara de su celular e invitó al público a que hiciera lo mismo; el recinto se convirtió en un mar de puntos blancos.
Ambos sentados al centro del escenario, y Mijares con una guitarra aqua en mano, dieron pie a un íntimo momento; después de que Emmanuel dedicara algunas palabras al torero Eloy Cavazos, interpretaron «El breve espacio».
El sentimiento con el que cada uno de los espectadores interpretaba los temas de sus ídolos era fantástico; con sus manos, ojos y voz derrochaban pasión; toda una oda a los músicos.
Temas como «El privilegio de amar», «Tengo mucho que aprender de ti», «La chica de humo» y «Toda la vida» fueron el clímax y remate de la noche, sacando sonrisas y recuerdos de la añorada época de los 80’s.
Fue así como los 7,000 regios que asistieron al Auditorio Banamex fueron partícipes de una velada llena de energía, nostalgia, pasión y mucho deleite.
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